sábado, 12 de febrero de 2011

reflexiones varias

Con la maternidad mi vida cambió, dio una vuelta 360º a toda velocidad, y mi mente se abrió, me conozco más. Gracias a mi hijo, he descubierto facetas del mundo que descnocía, rincones de mi ser que ignoraba, y gracias a él soy mejor persona, o al menos intento serlo.


Cuando Xoel nació mi mundo se tambaleó, y todas aquellas cosas que daba por hechas, y todas aquellas ideas que tenia preconcebidas no estaban ni cerca de la realidad de lo maravilloso que es tener un hijo. Aunque los primeros meses estuvieron llenos de dudas, poco a poco, lo que parecía imposible fue resultando fácil, cómodo y placentero. El día en el que realmente empezé a disfrutar de todo, fué el día que decidí aceptar a mi hijo tal cuál era, necesitaba mis brazos, mis caricias y su tetita constantemente, ni paseos en sillita con llantos interminables, ni frases hechas, ni intentos de forzar la naturaleza, fuera todo comentario nocivo sobre la felicidad de mi peque. Mi niño a su mei o fular, con su teti, y de paseo juntos! cuánto nos cambió la vida la aceptación! Habíamos empezado con buen pie, muy buenas intenciones, colecho, un fular que no sabia usar, pecho a demanda, pero habia elementos que sobraban en nuestras vidas: hamaca, cochecito, comentarios, etc...


Tener a mi niño en brazos me llenaba tanto que pasaba de los mios a los de su padre, y así sucesivamente, hasta que llega el dia que casi no quiere que lo cojas, es el proceso vital... aún hay dias que salimos de paseo en nuestro mei y que a gustito estamos los dos!!!

 

















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